Adaptado por José Sixto Buitrago Mojica Tomado del Libro IR O NO IR. Paco Muro. Empresa Activa, 2005.
En venta la suerte existe, ¡pero nos tiene que pillar visitando!
Afortunadamente, también tenemos dentro a ese profesional "tropero", que disfruta de la aventura, al que le encantan los retos, al que divierte el contacto con la gente, que vive intensamente la libertad del Vendedor, que saborea cada logro, que persevera como un perro de presa, que cuando se encuentra con un cliente que le trata con desdén, lejos de venirse abajo grita para sus adentros: ¡Ríe, ríe, que "me vengaré" vendiéndote!
Ése auténtico profesional es el que debemos despertar cuando el veneno de la mediocridad nos amenace. Y la mejor forma de alejarlo es visitar, visitar y visitar. Porque la visita es la esencia de la venta, es el patio de operaciones del Vendedor, es su momento de la verdad, allí donde se juega el todo o nada, el firma o no firma. Es aquel momento en el que se saborea la adrenalina comercial que alimenta el espíritu del profesional de la venta. Que sí, que hay que planificar, que hay que preparar, que hay que pensar, ¡pero visitando! Si además de organizarse bien, se tiene una alta calidad de visita por una gran técnica comercial ¡fantástico! Pero muchos son los que dicen "es que necesito prepararme mejor", "Es que me falta formación", "Es que no tenemos suficiente soporte, o el folleto está obsoleto", "Es que, es que…" y mientras tanto pasan las horas, los días, las semanas…y no hemos ido.
La visita es la esencia de la venta, es el momento de la verdad,aquel en el que se saborea la adrenalina comercial que alimenta el espíritu del profesional de la venta.
Así que mientras lo pensamos y mientras alguien trata de modernizar el folleto, mientras esperamos para poder hacer alguna buena formación, que siempre es algo sano y recomendable para un profesional, y hasta que los dioses del Olimpo económico decidan llenar el mercado de clientes deseosos de llamarnos por propia iniciativa y gastar grandes cantidades con nosotros…¡visita!
Porque si no vamos, dejémonos de historias: "¡no hemos ido!"
Yasta estaba deseando ver a Eske para que le contara sus impresiones tras la lectura del artículo. Pidió un par de cervezas y antes de que las sirvieran apareció su entrañable amigo, que se apoyó en la barra, le miró de lado y dijo, con una sonrisa en los labios:
-Eres un…Cuatro veces estuve a punto de llamarte para decirte de todo. Pero cuando mi ego se calmó por la estocada recibida, aproveché la energía del enfado conmigo mismo y la transformé en coraje. He llamado como nunca, he visitado y he conseguido en un mes más expectativa de negocio que en todo lo que va de año. En fin, tenías razón, gracias por mandarme el artículo. Estas cervezas las pago yo.
-Me alegro por ti. A mi me pasó lo mismo cuando mi jefe nos lo pasó a todos los del departamento de proyectos. Al principio sentí rabia, pero un par de días después ya no se oía una sola queja y estábamos todos "yendo" como locos.
-En fin, cosas que pasan. Por cierto, Yasta, ¿dónde has parqueado el carro?
-¡Uf! A cinco manzanas de aquí. Vi un hueco y aproveché, por si acaso, porque esta zona está imposible últimamente.
-Te pille! La próxima ronda va por tu cuenta.
-Pero ¿por qué?
-Porque mucho dar lecciones, pero eres el primero en caer. El artículo no sólo vale para vender, también es para todos los que "no vamos" por las cosas de la vida, porque es más fácil acomodarse recapitulando las disculpas que ponerse en marcha. Yo lo he empezado a aplicar a todo y, por ejemplo, me he dado cuenta de que "sólo parquea en la puerta el que va hasta la puerta" y ¿adivinas dónde tengo el carro hoy?
-No me digas… ¿en la puerta? Eso sí que es suerte.
-Sí, ya la suerte del que "ha ido". Porque ahora lo intento, voy hasta la puerta por si acaso, y lo consigo muchas más veces de las que piensas. Anda, paga y aprende del maestro.
Yasta se hizo cargo a gusto de la ronda. Unos minutos más tarde entraron dos atractivas mujeres y Eske comentó.
-¿Has visto? Son espectaculares. ¿Quiénes serán los afortunados que salen con esas chicas tan impresionantes?
Los dos se quedaron unos segundos resignados en silencio, pero después se miraron el uno al otro, y clamaron al unísono encogiéndose de hombros:
-¡Si no vamos…no hemos ido!
Cogieron rápidamente sus cervezas, se pusieron en pie y se acercaron para charlas con ellas. ¿Qué sucedería después?
FIN
MAVIN LTDA.Bogotá D.C., Colombia.
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